La lluvia sacudía los muros de la cárcel y el sonido de los truenos hacía que Víctor sintiera añoranza por su vida fuera de esa prisión. El ruido de la tormenta, eso era lo único que le unía al mundo exterior desde aquella celda sin ventanas de la que no había salido en tres años. Ser artista se había convertido en un privilegio reservado a los títeres del gobierno y no a los soñadores como él. Aquellos que se atrevieran a crear o actuar sin la aprobación previa del partido serían encerrados.
Cinco años separaban a Víctor Cuervo de aquellos tiempos en que él y su compañía de teatro, "Alas negras", representaban sus obras por todo el país. Cinco años lo separaban de los aplausos del público, de las caras de aquellos que acudían a verlos impacientes por conocer el destino de los personajes que encarnaban... pero todo había cambiado. La opresión no solo concernía a los artistas, todo colectivo minoritario contrario a la ideología fascista del gobierno había sido rechazado y considerado enemigo de la paz. A Víctor le resultaba irónico estar encerrado por ser enemigo de lo que siempre había defendido.
Así de contradictorio era el nuevo orden: hablaban de protección cuando lo único que se veía en las calles era violencia; hablaban de libertad cuando empezaron a encerrar a cualquier persona por ser mínimamente diferente; hablaban de igualdad cuando los únicos que podían tener algún derecho eran los miembros del propio gobierno. Víctor, antes de estar encerrado, ya luchaba contra aquella realidad. La última obra interpretada por los Alas negras, El Circo de Asfalto, parodiaba la situación del país igual que hizo Chaplin con El Gran Dictador. Víctor quería con esa obra, que él mismo había escrito, alertar al pueblo de lo que ocurría. Sin embargo, un día de agosto, durante una actuación en un teatro clandestino, irrumpió la "Brigada Pacifista! destrozándolo todo, golpeando salvajemente tanto a miembros del público como a actores. Víctor fue de los pocos que sobrevivieron a aquellas brutales palizas.
Tres años hacía que el joven actor había sido encerrado, había perdido ya toda esperanza hasta aquel día de tormenta. Como de costumbre, estaba en su celda recordando tiempos mejores cuando algo extraño ocurrió. Aitor, uno de los guardias de la cárcel y antiguo compañero de la clase de Víctor entró en la celda, esto en otro momento le habría anunciado al preso una sesión de golpes indiscriminados por todo su cuerpo, pues a pesar de haber sido compañeros, el guardia no sentía hacia Víctor nada más que repulsa.
Pero esta vez era distinto, la cara de Aitor no mostraba el odio habitual sino preocupación.
-¿Ocurre algo?
-Calla y ven conmigo.
Cubrió a Víctor con un saco negro en la cabeza y lo condujo por una serie de pasillos hasta llegar a cruzar una puerta que se cerró a sus espaldas. Cuando le descubrió el rostro se dio cuenta de que se encontraba en un cuarto pequeño y oscuro en el que apenas cabían ellos dos.
-Aquí podremos hablar sin que nos escuchen,
-¿A qué viene esto?
-Te he dicho que te calles -dijo gritando en susurros.- Ahora escucha, no me queda mucho tiempo antes de que me ejecuten. Han descubierto los versos de mi mujer que teníamos ocultos en casa. Seguramente ella ya esté muerta; sé que odias a este gobierno tanto como ahora lo odio yo, pero poco podré hacer porque algo cambie, he abierto los ojos demasiado tarde. Dejaré que te vayas de aquí para cumplir con mi cometido, tendrás que devolver la libertad a este país, no sé cómo, pero debes hacerlo.
Víctor no sabía qué decir. ¿De verdad esperaba que después de todas las palizas y humillaciones hiciera aquello que le pedía? Y, aunque quisiera hacerlo, ¿por dónde empezaría?
-¿Por qué yo?
-Te conozco, tienes
una mente creativa y amas la libertad como el que más. Además, creo que a estas
alturas no puedo confiar en nadie más que en ti.
-Tal vez podría
intentarlo… pero no por ti, sino por todos aquellos a los que estáis
maltratando desde hace tantos años.
-¡NO! Si sales de
aquí es solo porque no me habrás jurado que lo harás, mis horas están contadas,
así que tu palabra es lo único que tengo.
-Lo haré. Te doy mi
palabra.
-Bien, pero hasta
que salgas de aquí seguirás mis instrucciones.
Aitor le explicó su plan para escapar de allí
y aunque Víctor no estaba muy conforme, no tenía otra opción. Tras explicárselo
procedieron a cambiarse sus prendas de ropa, Aitor se puso el raído pijama
negro típico de los condenados junto al saco que les cubría la cabeza y Víctor
el impecable mono blanco junto a la máscara del mismo color que, de forma
inexpresiva, intentaba simular las facciones humanas.
Tras el intercambio,
el falso guardia condujo al falso preso a aquella celda que una vez fue suya.
Una vez dentro, Aitor se encontraba de espaldas a Víctor, pero en un rápido
movimiento, Aitor se giró hacia el guardia, le arrebató la pistola del cinturón
y se asestó un tiro en la cabeza dando fin a su vida y haciendo creer a las
cámaras de la celda que Víctor Cuervo abandonaba el mundo. El verdadero Víctor,
siguiendo las órdenes del difunto, no dudó en seguir el procedimiento habitual
cuando un preso moría entre aquellas paredes. Sin quitarle el saco de la
cabeza, cogió como pudo el cuerpo y lo llevó al horno crematorio de la primera
planta, depositó el cuerpo dentro y lo incendió, quemando así las pruebas de su
plan.
Libertad, aquello era lo que sentía Víctor corriendo campo a
través bajo la lluvia camino a la ciudad, iluminado únicamente por la luz de
los rayos. Después de estar tres años encerrado, podría haber corrido hasta
cualquier lugar aquella noche, sin embargo, al cabo de un rato las piernas
comenzaron a fallarle, tanto tiempo encerrado y desnutrido traían factura, por
lo que continuó su camino andando. Tuvo tiempo de reflexionar sobre dónde iría
aquella noche, podría ir a muchos lugares pero ninguno de ellos era del todo
seguro a excepción de uno.
Recostado en el sofá
de su cuarto insonorizado, Asier descansaba del duro trabajo al son de una
vieja sinfonía de Beethoven dedicada a una tal Elisa. Aquella misma noche había
recibido una partida de discos del compositor desde Colombia para venderlos en
el mercado negro. La tormenta no había sido de gran ayuda, pues a causa de
esta, varias copias habían caído al mar haciendo inútil su uso.
Sus años de violinista
profesional habían acabado con la dictadura, pero no su amor hacia la música.
Ese loco amor le había llevado a convertirse en lo que a él le gustaba llamar
traficante de sueños, aunque esa profesión le obligaba a juntarse con gente de
la peor calaña, con a la que fácilmente se acostumbró.
Pero sentado en su
sillón ya poco le importaba la vida real y así poco a poco fue quedándose
dormido hasta que unos incesantes golpes en su puerta lo desvelaron. El corazón
le golpeaba como un fuerte instrumento de percusión dentro de su pecho y,
temiéndose lo peor fue hacia la puerta y temeroso abrió la puerta. A punto
estuvo de darle un infarto cuando vio aquel hombre vestido con el uniforme
pacifista en el umbral.
V DE VENDETTA
Resumen del
argumento
La historia se
centra en la Inglaterra de finales de los años 90 a pesar de haber sido escrita
a principios de los 80. Describe un futuro pesimista, en el que tras una
tercera Guerra Mundial, un partido fascista llamado “Fuego del Norte” ha llegado al poder liderado por el
tirano Adam Susan, quien instaura una dictadura opresora hacia cualquier
persona homosexual, extranjera o de ideología ligeramente socialista, con
quienes se dedica a realizar experimentos médicos en campos de concentración.
Dentro de esta atmósfera,
aparece un hombre caracterizado de Guy Fawkes (un personaje de la tradición
inglesa). Este tipo, de carácter pintoresco, es un gran aficionado a las citas
célebres, en especial de Shakespeare, y se hace llamar V. Escapó de uno de esos
campos de concentración con el rostro desfigurado por los experimentos y planea
una venganza sobre aquellos que trabajan allí. No solo por las torturas y los
sufrimientos que le hicieron pasar, sino también por la vida de la mujer de la
celda contigua, a la que nunca llegó a conocer.
Durante cinco años,
se dedicó a asesinar a todos y cada uno de los dirigentes del campo, entre los
que se encontraban: un comandante, que se había convertido en la voz del
gobierno; un obispo que se dedicaba cada noche a abusar de niñas de orfanatos
locales; o una farmacéutica, encargada de revisar los experimentos que se
realizaban. Tras su venganza personal, envió
a través de un discurso por televisión la propuesta al pueblo de llevar a cabo
una revolución para instaurar una anarquía que los haría a todos libres.
Tras un año y con la
ayuda de su discípula Evey Hammond, V consiguió volar por los aires todos los
sistemas de vigilancia, lo que llevó al país a quedar arrasado por los saqueos
y a yb profundo caos durante tres días. Como llamamiento al orden, el Líder
Susan convocó un desfile a través del cual se acercaría al pueblo. Mientras
este se celebraba, la viuda de un policía asesinado por los hombres del tirano
lo disparó hasta la muerte.
Al mismo tiempo, V
es asesinado por el detective investigador del caso. No obstante, en un último
esfuerzo, indicó a Evey cuál era el plan a seguir. Esta consistía en enviar su
cuerpo difunto a través del metro cargado de explosivos al edificio central del
partido y hacerlo explotar a las 00:00 del 9 de noviembre, para así instaurar
por fin la anarquía con la que siempre soñó.
Análisis narrativo
V de Vendetta pertenece al género de la
novela gráfica, este estilo se basa en la narración de una historia de formato
de cómic, pero de manera auto conclusiva y de mayor extensión (V tiene en torno
a trescientas veinte páginas). Esto hace creer a los que desconocen el género
que su lectura y composición es simple, pero nada más lejos de la realidad, ya
que cada novela gráfica es un mundo diferente a pesar de estar escrita por el
mismo novelista.
Alan Moore, autor de
la obra y de otras también adaptadas al cine como Watchmen o La liga de los
hombres extraordinarios, tiene un estilo propio que lo diferencia de todos
los demás.
V de Vendetta se caracteriza principalmente por su complejidad, no
sigue un sistema lineal sino que comienza in media res. Además, los sucesos
ocurridos antes de la línea argumental se nos presentan como narraciones
internas contadas por personajes que adoptan el papel de narrador para contar
lo sucedido a otro personaje, esto ocurre de manera directa o mediante cartas o
diarios. Este último método se sigue dos veces en la obra: la primera es el
diario de la farmacéutica durante su época en el campo de concentración; la
segunda es una carta leída por Evey escrita por la mujer de la celda contigua a
la de V.
El autor desprecia
totalmente el uso de onomatopeyas, por lo que en ningún momento hace uso de
ellas, sin embargo, en referencia a la expresión del sonido de forma escrita,
la novela está plagada de canciones. Estas pueden ser canciones reales, como la
Obertura 1812 de Tchaikovsky, o
inventadas por el propio escritor, como This
Vicious Cabaret, canción que interpreta el personaje de V como preludio de
la segunda parte de la novela y a la que adjunta una partitura para que esta
pueda ser interpretada por algún admirador de la novela.
División de la obra
en tres libros:
1.
En
esta parte, se presenta el mundo que el escritor ha creado y al protagonista de
la obra. A lo largo de esta, el personaje de V destruye varios edificios
insignes de Londres como el Parlamento o el Old Valley, y se dedica a ejecutar
su venganza personal sobre los dirigentes del campo de concentración.
También
es aquí donde se da a conocer la personalidad y los tormentos del Líder Susan
en su solitaria vida como un tirano.
2.
Libro Segundo:
El Cabaret del Vicio.
A
lo largo de este, se hace a un lado la imagen de V y la trama se centra más
sobre la sociedad que vive en el estado dictatorial. Aquí es donde conocemos
más a fondo al personaje de Evey Hammond y de Edwars Finch, el investigador del
“caso V”.
Al
final de este episodio, Hammond es “secuestrada” por el gobierno e internada en
un campo de concentración. Allí la someten diariamente a fuertes torturas en
busca de información sobre V, pero se niega a responder a ninguna de las
preguntas a pesar de ser amenazada incluso con perder la vida. Así, Evey es
liberada y descubre que su verdadero captor era V, quien la había apresado para
que consiguiera acabar con sus miedos y encontrara por fin la libertad.
3.
Libro
Tercero: La tierra de
Haz-Lo-Que-Quieras.
Esta
parte cuenta la crónica de la revolución que maquina V para deshacerse de la
dictadura y devolver al pueblo la libertad que le fue robada.
Comienza con un discurso del protagonista a la nación por medio de la
televisión, a través del cual les propone una revolución contra el sistema. Al
cabo de un año, el país se sume en un caos total y Edward Finch, consumido por
las drogas, consigue entender los planes de V en una de sus fantasías
provocadas por el ácido y decide darle captura.
La
obra acaba con un final en el que no se especifica cuál será el rumbo del país
tras la revolución en la que todos los que gozaban de inmunidad política han
sido derribados y ahora el pueblo es quien tiene el poder.
Trascendencia
de V de Vendetta en el mundo real
Tras la adaptación al cine de V de Vendetta, gran parte de la población se ha visto atraída por la idea de una revolución y la lucha por la libertad.
Entre ellos destaca un colectivo norteamericano procedente de un foro de Internet que adoptó la imagen de V para crear una organización que luchara por la libertad. Su primer objetivo fue la secta de cienciología, que tanto poder acumula en algunas zonas de los Estados Unidos. Este movimiento pronto se fue extendiendo por todo el mundo hasta llegar a ser una de las organizaciones populares más importantes del siglo XXI.
Anonymous se caracteriza por la gran discreción presente en todas sus acciones. De hecho, una de sus normas es que un miembro no debe reconocer abiertamente que pertenece al grupo, aunque en ocasiones se evidente. A menudo podemos reconocerlos por llevar el símbolo V en sus pertenencias, prendas de ropa relacionadas con la película o la posesión de una máscara como la de protagonista, con la que irán a todas la manifestaciones y de las que no se desprenderán para conservar el anonimato.
Entre sus últimas preocupaciones encontramos el movimiento a favor de la libertad de expresión e información, ligada a la página web Wikileaks, cuya defensa se ha convertido en una de sus mayores prioridades. Haciendo referencia a esto, encontramos que también están actuando en nuestro país contra la injusta Ley Sinde (*) que atenta contra el derecho constitucional de libre acceso a la cultura.
En general, la importancia de estas personas y sus logros no es reconocida. Además, los medios de comunicación se han cuidado mucho de que su imagen sea la de un grupo de freakes ilusos que solo quieren llamar la atención. Sin embargo, lo cierto es que a día de hoy, símbolos como la máscara de V o las rosas que deja a su paso se han convertido en emblemas de revolución y búsqueda de libertad y justicia.
DANIEL NIETO CUERVO, (*)2011
Una actitud interesante la del guardia. Si, muy interesante...
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